Finalista en Cuenta140 El cultural (La rueda)


He dado millones de vueltas, pero no he llegado a ningún sitio se dijo la lavadora con ansias viajeras.

Sin titubeos


No era un fantasma quien surgió entre la niebla, era yo muerto de miedo. Vestía una cazadora gris, cuyos pliegues me ocultaban parte del acné. Debía hacerlo rápido. Entrar y salir, sin titubeos. Era algo sencillo. Atravesé el umbral de la puerta y el chirrido de una campanilla se propagó por el local. Observé al tipo frente a mí. Me llevé las manos al bolsillo izquierdo de la cazadora.
—¿Qué desea?—me preguntó.
Era ahora o nunca. Aquella era la línea que separaba a los hombres de los niños.
—¿Me da una caja de preservativos?

Finalista en Cuenta140 El cultural (El agua)


Cariño yo también te amo, dijo mi mujer después de echarme en el vaso de agua unas gotas de cianuro.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El baile)


Gene Kelly. Dejé de bailar el día en que me cogí una pulmonía bajo la lluvia.

Finalista en Cuenta140 El cultural (La caza)


Yo cacé a la rubia. Ella pescó mi cartera. La exhibí como un trofeo. Un tarde de montería, su amante me remató con la escopeta.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Te di un beso húmedo. Nos fundimos en un solo ser. Y fuimos felices, hasta que acabó conmigo el mortífero matasellos.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Cogí al abuelo, le pegué un sello y lo eché al buzón. No puse el remite para que no volviera, pero sí el destino: la residencia.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Vanka escribió un e-mail a su abuelito para que lo sacara de allí. El mensaje no llegó. Se le olvidó añadir a en la aldea, a mi abuelo el punto com.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Me condenaron a muerte. El verdugo llegó a tiempo. La carta con el indulto no.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Así no se puede trabajar, dijo el verdugo, cuando le suministraron una navaja multiusos para decapitar al reo.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Hay tíos raros que coleccionan tangas, pelucas o pelos de coño. Mi jefe coleccionaba cabezas. Dejó su afición el día que rodó la suya.