Grandes éxitos


Bradley copiaba archivos a un CD mientras tatareaba en las oficinas de informática de una base de Estados Unidos en Irak una canción de Lady Gaga. Aquel recopilatorio iba a sonar con fuerza en todo el mundo. El disco regrabable poseía todos los ingredientes para ser recordado en la lista de éxitos durante años. Era un CD de denuncia social, con temas movidos que iban desde la invasión de Irak, la corrupción, la conspiración o la muerte indiscriminada de inocentes. La canción más emotiva era la veintiséis: los intentos del gobierno yanqui de ocultar el asesinato de José Couso. Ahora solo faltaba un buen productor musical. Bradley pensó en un tal Julian Assange, de Wikileaks. Aquel CD se iba a oír, iba a sonar en las radios, en las televisiones y en internet de una forma u otra. Porque si los gobiernos intentaban silenciarlo siempre quedaba la posibilidad de comercializar aquel recopilatorio de forma clandestina en el top manta.

RUB


¿A dónde van los patos de Central Park cuando el lago se hiela?