Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Te di un beso húmedo. Nos fundimos en un solo ser. Y fuimos felices, hasta que acabó conmigo el mortífero matasellos.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Cogí al abuelo, le pegué un sello y lo eché al buzón. No puse el remite para que no volviera, pero sí el destino: la residencia.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El correo)


Vanka escribió un e-mail a su abuelito para que lo sacara de allí. El mensaje no llegó. Se le olvidó añadir a en la aldea, a mi abuelo el punto com.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Me condenaron a muerte. El verdugo llegó a tiempo. La carta con el indulto no.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Así no se puede trabajar, dijo el verdugo, cuando le suministraron una navaja multiusos para decapitar al reo.

Finalista en Cuenta140 El cultural (El verdugo)


Hay tíos raros que coleccionan tangas, pelucas o pelos de coño. Mi jefe coleccionaba cabezas. Dejó su afición el día que rodó la suya.

En la sombra

Después de veinte años de condena todavía puedo recordar la sangre goteando en el suelo, los sesos de la víctima esparcidos por la pared, el rostro de los familiares en la sala mirándome de forma acusadora. El informe no dejaba lugar a dudas. Nueve puñaladas certeras cosieron el cuerpo del muerto. En la cárcel se cuenta con mucho tiempo libre. Paso los días en la biblioteca estudiando una carrera, leyendo libros o construyendo alguna maqueta a escala para matar el tedio. Hay días en que desearía salir. Ir a la playa, pisar la arena, zambullirme en el mar o disfrutar del sol. Pero estoy detrás de unas rejas. Varias veces me han llevado a un comité para concederme la libertad condicional y reducirme la pena. Pero yo sigo en mis trece. Lo volvería a hacer, les digo, me volvería a inculpar para salvar a mi hijo.



RUB


¿A dónde van los patos de Central Park cuando el lago se hiela?