Haz que te corten el agua porque no vas a soltar un euro más en los recibos de Aqualia. Después elabora una lista de primos, amigos y conocidos. Échale un poco de jeta. De modo que el lunes te presentas a ducharte en casa de Juan, el martes toca en el chalet de Pedro, el miércoles en el apartamento de tu prima María y así sucesivamente, hasta que se termine la crisis. Jamás lleves el gel de ducha. Ya te lo dejarán. Además, si emplean champús de marcas blancas diles que dejan la piel bastante reseca para ver si la próxima vez lo cambian. Si algún colega se enfada con tu actitud y te suelta un “a tu puta casa a bañarte” que no cunda el pánico. Siempre queda la opción de no lavarse o colarse en las piscinas municipales. Mientras los demás se bañan, puedes asearte e ir haciendo la colada en los servicios. Asimismo, también contempla la posibilidad de zambullirte en la piscina con los calzoncillos puestos. El cloro es mano de santo para bichos y bacterias.
Álvaro
Hace 11 años
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