Hace tiempo que las voces y los golpes se instalaron en el piso. Hace tiempo que dejó de quererlo. Muchas veces ha soñado con abrir la puerta de la calle y marcharse. Muchas veces ha llorado en silencio, soportando palizas y malos tratos. Jamás ha sido capaz de denunciarlo, ni siquiera se lo ha contado a su mejor amiga. Aun recuerda cómo empezaron los cambios. Fue un día en el que se dejaron entrever los celos, un temperamento posesivo y unos modales cuanto menos cuestionables. A partir de entonces se terminaron las tardes de abrazos, los besos furtivos en el parque, los días comiendo helado y las risas de enamorados. ¿Dónde estaba aquel chico amable, bueno y sincero que le había cautivado? Tenía que ser valiente y largarse de allí como la Mujer Maravillosa que era, aunque él ya no lo creyera.
Álvaro
Hace 11 años
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